Niños y perros suelen ser una fantástica combinación, pero también pueden llegar a ser un problema muy desagradable cuando las cosas se tuercen. Hasta un perro equilibrado puede llegar a hacer daño a un niño incluso sin querer herirlo, por lo que conocer tanto a nuestro perro como al niño, sumado a una supervisión eficiente, son indispensables.
Hay dos reglas de oro para que la convivencia entre niños y perros sea segura: la primera es permitirle al perro alejarse del niño si así lo desea, incluyendo un lugar de descanso en el que no se le moleste, y que el niño aprenda a entender cuando el perro dice no. Esto último además será de mucha utilidad para que el niño disfrute de los perros de forma educada y se convierta en un adulto que sabe escuchar no sólo las palabras, sino también el lenguaje corporal.
¿Tienes un bebé en camino y quieres estar preparado para gestionar bien su futura relación con tu perro? ¿Tienes un niño demasiado confiado y te da miedo que un perro desconocido pueda no reaccionar bien? ¿Has tenido algún susto? Pues no te preocupes que con todas estas cosas y alguna que otra más te podemos ayudar.